martes, 4 de octubre de 2011

rastafari

Surgió en los comienzos de los años 1930 en los barrios marginales de Kingston, Jamaica y en los sectores rurales adyacentes,[2] siendo la visión social y cultural de Marcus Garvey que inspiró a los rastafaris, que incluso lo consideran una reencarnación de San Juan Bautista.[3] y atribuyeron un caracter mesiánico a Selassie. Notable es el gran deseo de sus descendientes de esclavos negros (la gran mayoría de la gente en Jamaica siendo negro) de volver a Africa, de las aspiraciones sociales y culturales de la comunidad negra y de las enseñanzas del organizador nacido en Jamaica Marcus Garvey que clamaba «África para los africanos».
Hoy en día el movimiento se ha extendido a lo largo de gran parte del mundo y tiene seguidores provenientes de distintas culturas, lenguas y naciones.
Los seguidores del rastafari, conocidos como rastas, creen que Haile Selassie, liberará a la gente del mundo de ascendencia africana, conduciéndolos a una tierra prometida llena de emancipación y justicia divina.
Los rastafaris creen que ellos, y el resto de los de la etnia negra, son descendientes de los antiguos israelitas.[4] [5] La suya es una religión abrahámica fuertemente sincrética. Según cuenta el libro Kebra Nagast, en el siglo X antes de Cristo, Etiopía fue fundada por Menelik I, hijo de Salomón y la reina de Saba, quien había visitado a Salomón en Israel. En 1° Reyes 10:13 se proclama «Y dióle el rey Salomón a la reina de Saba todo lo que deseaba, pidiera lo que pidiera, aparte de lo que le dio de su tesoro real. Y así ella regresó a su país, junto con sus sirvientes». Los rastas interpretan esto como que ella dio a luz un hijo. Que judíos negros han vivido en Etiopía durante siglos, desconectados del resto del judaísmo por el control musulmán de Oriente Medio y del norte de África, es incontrovertible; se les llama Beta Israel o falashas. La existencia de falashas dio cierto crédito e ímpetu al rastafari inicial, puesto que parecía validar la creencia de que Etiopía era Zion. Algunos rastafaris decidieron clasificar a su religión como cristianismo etíope copto, cristianismo protestante o judaísmo. De éstos, los lazos a la iglesia etíope ortodoxa Tewahedo son los más difundidos, aunque discutidos de forma controvertida en el clero. Se puede considerar que el rastafarismo sería una escisión de la Iglesia copta. Algunos rastafaris creen que las traducciones estándar de la Biblia presentan cambios creados por la estructura racista y eurocentrista blanca de poder, entonces reverencian el texto épico nacional etíope, el Kebra Nagast, libro que narra la gloria de los reyes de la dinastía salomónica en Etiopía, por ser el escrito que narra con detalles el encuentro entre Salomón y Makeda (reina de Saba). Sin embargo, la Biblia no deja de ser uno de los textos leídos por rastafaris; ya que consideran que ambos textos son de gran importancia.

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